Presos políticos, Macri y ANSES
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• 27/02/2016 •
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supuesto que todo el país estará pendiente del discurso que pronunciará
el Presidente Mauricio Macri el 1° de marzo en el Congreso de la
Nación. Se especula que puede finalmente informar al pueblo sobre la
tremenda herencia que le dejó su antecesora en todos los órdenes de la
Administración Nacional, tanto en la economía como en la
infraestructura, en la educación, en la Justicia, en las relaciones
exteriores, en las Fuerzas Armadas, en la inflación, en la línea aérea
internacional, en los organismos y oficinas públicas, en la seguridad,
en la lucha contra el narcotráfico, todo ello infectado con la
corrupción generalizada en todo el ámbito gubernamental, que hoy
casualmente toma un fuerte impulso con la citación del juez Bonadío a
Cristina Kirchner a declarar en la causa de la venta ilegal del Banco
Central del dólar a futuro que prima facie supone una cuantiosa pérdida al país de alrededor de treinta mil millones de dólares
Hay
opiniones en conflicto sobre el grado de hecatombe con que se puede
informar a la sociedad acerca de una realidad que se extiende día a día
con el hallazgo de nuevos desfalcos, fraudes y estafas de
características alarmantes, como en el caso del PAMI, que figuraba la
venta de medicamentos a 7.500 afiliados muertos.
Es comprensible y
loable que el Presidente se extienda en los planes futuros a emprender
por el nuevo gobierno, a fin de encarar la recomposición económica,
cultural e internacional del país totalmente paralizado por la siniestra
acción de su ex presidente Cristina Fernández de Kirchner. Pero ¿hasta
qué punto puede llegar sin el riesgo de provocar el pesimismo de un
pueblo castigado por la mentira, la inseguridad, la pobreza, la droga y
el soborno?
¿Existe un catálogo de prioridades a que debe
ajustarse para conformar a toda la sociedad? No. Entonces, ¿cuál será el
meollo de su primera disertación como Presidente ante el Congreso
Nacional, Poder Legislativo, y el Poder Judicial?
Hay dudas y
desconcierto con respecto a la inclusión del importante tema de los
Derechos Humanos, pues a pesar de que Macri se refirió al mismo en su
campaña, con su recordada frase “terminar con el curro de los Derechos
Humanos”, comportamientos posteriores del secretario de dicho organismo,
el señor Claudio Avruj, dieron por tierra con todas las esperanzas. Son
muchos los que consideran sus declaraciones inoportunas y faltas del
conocimiento necesario en la materia. Su innecesaria polémica con el
funcionario de CABA, Lopérfido, a raíz de una opinión sobre la cantidad
de desaparecidos, y por la cual tuvo la imprudencia de solicitar su
cesantía al Jefe de Gobierno de la Ciudad, lo colocó en una desairada
situación. Para rematar su despropósito tuvo la ocurrencia de asumir
como exacta la cifra de 7.800 citada por Lopérfido, pero reiteró la de
30.000 que mantuvo como simbólica
No se esperaba una amnistía del
primer mandatario, ni mucho menos, sólo que cumpliera con la
Constitución y las leyes emanadas, para que los juicios inválidos por
manifiesta ilegitimidad fueran revisados por un tribunal ad hoc a fin de que simplemente se ajustaran a derecho. Hay declaraciones de reconocidos juristas que prueban su inconstitucionalidad.
Y
aquí viene la pregunta obligada: ¿Hablará el Presidente sobre el
mencionado tema que envuelve la vida de miles de presos políticos
acusados de delitos de lesa humanidad? Por lo menos supo recodar a los
presos políticos venezolanos desoyendo agravios de Maduro.
¿Continuará
guardando un sospechoso silencio sobre el trágico legado que deja
ANSES, organismo que maneja el presupuesto más alto del país y cuya
práctica destrucción consistió en la malversación de fondos por sumas
millonarias, en la financiación al Estado, al Banco Central, a
Aerolíneas Argentinas, a entes privados como Fútbol para Todos, con un
abandono total de sus funciones naturales en la protección del dinero de
los jubilados y en la substanciación de medio millón de juicios que
fueron apelados y obstaculizados con la maliciosa intención de no pagar
las sentencias?
Esta opinión puede ser considerada como un alegato
político, en ayuda del nuevo Gobierno y en franco apoyo al Cambio
prometido en la campaña electoral, y se publica cuatro días antes del
importante discurso presidencial, con el compromiso y el propósito de
volver nuevamente para su comentario final.
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