Francisco criticó por primera vez al chavismo pero pide que sirios vengan a Argentina
Causó
sorpresa que en la homilía de ayer el papa. en el balcón, lamentara la
situación del pueblo venezolano y le pidiera a Maduro que fomente el
diálogo entre los dos sectores y decimos sorpresa porque nunca antes
había mencionado que el pueblo venezolano estaba enfrentado con el
chavismo.
En efecto, su Secretario de Estado, el cardenal Pietro
Parolin, fue nuncio apostólico en Caracas y, al igual que Francisco,
mantuvo su apoyo al régimen populista y autoritario de Chávez-Maduro.
El
papa, aún hoy defiende al populismo argentino en la persona de Milagro
Sala y también con la última nota en “La Nación” de Monseñor Víctor
Fernández, rector de la UCA, donde criticó al gobierno por fomentar la
grieta, cuando en realidad la grieta la inventaron los cristinistas y
desde que asumió Macri la ex presidente no hace otra cosa que fomentar
el obstruccionismo contra las políticas gubernamentales.
Una nueva
teoría sostiene que el malestar de Francisco ante la visita del
presidente Macri a Roma hace un mes, cuando mostró su cara seria ante
los fotógrafos, tenía su origen en que monseñor Víctor Fernández le
sugirió al gobierno argentino que recibiera a 700 refugiados sirios y
que al principio el presidente consideró ese pedido -como lo escribió
Carlos Pagni en “La Nación”- pero, consultados los gobernadores
peronistas en cuyas provincias vive una gran comunidad sirio libanesa,
se opusieron terminantemente y también la comunidad judía local, por lo
cual, antes de viajar a Roma, la presidencia le contestó a monseñor
Fernández que ese pedido era imposible de satisfacer por parte de los
gobernadores y de la comunidad judía. Monseñor Víctor Fernández se
molestó y de ahí sus dos artículos en el matutino críticos del gobierno.
Aunque después de los atentados en Bélgica quedó claro que el
presidente tuvo razón en negarse.
Y monseñor Fernández, que la
semana pasada criticó que el gobierno fomentara la grieta, quedó mal
parado nuevamente ayer cuando la Conferencia Episcopal, con monseñor
Arancedo, fomentó “la grieta” al decir que hay terminar con la
impunidad, en clara referencia a la corrupción K.
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