La calle, ese factor que el gobierno de Mauricio Macri no controla
Por: Facundo Chaves Rodríguez fchaves@infobae.com
Fueron cuatro actos que en el último mes y medio
demostraron que existe un flanco débil para Cambiemos. Hubo
movilizaciones que no se producían desde la época de Menem. El "antimacrismo" y la reunificación peronista como telón de fondo
Cambiamos. Ya no se ven piqueteros que toman
comisarías, ni a Quebracho atacar a Shell porque aumentó la nafta. No
hay camioneros que "rompen" cortes de ruta de ruralistas. No se ven
hombres armados dispersar a tiros una protesta. Esas fueron algunas de
las "fotos" que se vieron en los últimos doce años que eran la manifestación del "control de la calle" que Néstor Kirchner primero y Cristina Elisabet Kirchner después, ejercieron de manera firme.
Ese "factor",
presente en los 12 años y medio de kirchnerismo, es el que quedó claro
en las últimas semanas que no es parte de las prioridades del gobierno
de Mauricio Macri. Las cuatro protestas que ocuparon las calles no sólo evidenciaron un malestar contra la administración de Cambiemos,
sino que tuvieron un mensaje cifrado: allí se unieron grupos y
dirigentes que durante la "década ganada" nunca estuvieron juntos. Tras
15 o 20 años separados, volvieron a reunirse a meses del cambio de
gobierno.
Esos movimientos de superficie,
algunos shockeantes, como un palco único para todas las CGT y las CTA o
los estudiantes de izquierda y los kirchneristas marchando juntos,
coinciden con otros, más sutiles y subterráneos, de reorganización y
reunificación del Partido Justicialista. Y un elemento que en términos
políticos empieza a tomar cuerpo: un incipiente antimacrismo que coagula
las diferencias ideológicas y unifica para marchar.
De
todos modos, el propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, admitió en
público que "el control de la calle" es un tema que no está entre las
prioridades de Macri. Con el argumento de que "todos pueden ejercer el
derecho a peticionar", el oficialismo abandonó la disputa por el control
territorial que, todos los días, el peronismo en general y el
kirchnerismo en particular pretender agitar.
De
hecho, Máximo Kirchner se permitió hablar del tema como si fuera una
victoria política propia: "Hay una movilización social ascendente. La
del 24 de marzo fue, quizás, la más grande de los últimos años,
prosiguió a ella el 13 de abril con Cristina Kirchner en Comodoro Py y
se desata a partir de ahí, el 1° 29 de abril, la marcha de los
trabajadores y ahora los universitarios. Esto marca una situación social
y hay que prestarle atención", afirmó.
Como
pocos, quizás, el actor Luis Brandoni -un alfonsinista de raza y
radical indesctructible- dio en la tecla en una entrevista que pasó casi
inadvertida semanas atrás. Conocedor, más por espectador calificado que
como protagonista de la política, les recordó a los peronistas que, vía
las organizaciones sindicales y sociales, se unifican cuando hay un
presidente de otro signo político:
"Muchachos. Perdieron...
Den un poco de tiempo al gobierno que sea. Ya tengo unos cuantos años.
Alfonsín asumió el 10 de diciembre de 1983. El 11 de diciembre, el
personal de tierra de Aeroparque y de Ezeiza le hizo el primer paro. Se
están juntando otra vez cuando estuvieron separados 12 años. Están
buscando otra cosa, provocando".
24 de marzo - Día de la Memoria
Encabezaron
Madres y de Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS, organizaciones de
detenidos-desaparecidos y los partidos de izquierda, pero el
kirchnerismo tuvo un lugar de inesperado protagonismo, que le dio un
cariz opositor y antimacrista evidente.
Sectores
de izquierda que durante los últimos 12 años se habían mostrado
refractarios a cualquier acercamiento con el Frente para la Victoria
aceptaron participar, en el mismo momento, del acto por los 40 años del
sangriento golpe militar.
¿Qué los unió? La
alta convocatoria, entre otros ítems, estuvo fogoneada por sectores
ultrakirchneristas por la detención de Milagro Sala y el rechazo a la
presencia en la Argentina, por primera vez en más de 13 años, de un
presidente de los Estados Unidos. Barack Obama había sido repudiado.
Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora,
dijo: "Es la marcha más grande que yo recuerde".
13 de abril - Indagatoria a Cristina
Fue
la reaparición de la ex presidente. El juez federal Claudio Bonadio la
había citado a declaración indagatoria por el dólar futuro y ese regreso
a Buenos Aires, a los tribunales de Comodoro Py, se convirtió en un
acto político en el que Cristina Elisabet Kirchner no se refirió una
sola vez al expediente judicial.
Según La
Cámpora, en el acto hubo 300 mil personas, pero la Policía Federal
estimó que fueron sólo 12 mil los asistentes. Para la Metropolitana, el
número se "estiró" a 15 mil, aunque igual quedó muy lejos de las
pretensiones de la organización del hijo de la ex presidente.
29 de Abril - Acto de las CGT y CTA
Años
de distancia. Pero un "enemigo común" pareció dejar todos los
desencuentros atrás. La CGT de Hugo Moyano, la CGT de Antonio Caló, y la
CGT de Luis Barrionuevo (aunque a último momento se bajó) acordaron el
acto unitario en Paseo Colón e Independencia por el Día del Trabajador.
También, la CTA de Hugo Yasky, y la de CTA de Pablo Micheli dejaron sus
"rencillas atrás" y se sumaron a un acto que histórico.
Desde
los tiempos previos al menemismo, en los 90, que no había un acto único
y una reivindicación común entre las CGT y la CTA, las diversas
vertientes sindicales y siglas en las que se fracturó el movimiento
obrero peronista.
¿Qué los unió? El
anuncio de Macri de que vetaría la ley que instaura un cepo laboral al
prohibir los despidos fue clave. También, que no hayan tenido respuesta
al reclamo por el dinero de las obras sociales y los cambios por ley del
Impuesto a las Ganancias.
12 de Mayo - Marcha universitaria
Es
la primera vez, en 14 años, que las diversas organizaciones docentes y
de estudiantes de universidades nacionales, tanto las identificadas con
el radicalismo, la izquierda y el kirchnerismo marcharon juntos. Fueron
varias cuadras de una movilización que se convocó para rechazar lo
consideran es "un ajuste" del gobierno de Mauricio Macri sobre el
presupuesto educativo.
¿Qué los unió? La
reunión del presidente con los rectores de las universidades, en la que
prometió 500 millones de pesos -cuando el presupuesto total para esas
casas de estudios nacionales supera los 50 mil millones- provocó más
malestar y derivó en la convocatoria a la movilización.
Comentarios