Carta a los combatientes de Malvinas.
Por Vcom. (R) VGM Horacio Ricciardelli
Camaradas: Volvimos
de una guerra y hoy nuestra Patria está destrozada por una pésima situación política,
social, económica, laboral y en peligro de desaparecer. Volvimos de la Guerra,
en lugar de reconocer nuestro sacrificio, los mismos que han provocado este
desastre político, social, económico, laboral,
nos escondieron y negaron la re-inserción en la comunidad, desvirtuaron
las muertes y heridas de nuestros camaradas, y, lo que es peor, niegan que el resultado de la Guerra sea la
causa de esta situación actual de sufrimiento del pueblo argentino.
Preguntamos entonces,
qué es la guerra, la política, la relación entre el enemigo militar de ayer y
el enemigo militar de hoy, nuestra Lealtad a la Patria y su Bandera, nuestro
Deber con ella, ayer como soldados y hoy como ciudadanos desocupados, o mal
pagos, con familias en situación de pobreza o por debajo de ella, sin techo,
sin salud, sin educación, sin futuro…
Parte
I: Situación colonial-social por la derrota en Malvinas.
1.
Guerra y Política.
El objetivo de
la política es que los demás actúen de acuerdo a nuestros deseos y por medios no-militares.
Si no se logra, se recurre a la guerra. La guerra es política, es en sí misma
una acción política. No hubo jamás, desde los tiempos antiguos, ninguna guerra sin
carácter político. La guerra tiene características peculiares y no es igual a
la política general. La guerra es la continuación de la política por otros
medios. Si la política llega a cierta etapa de su desarrollo, más allá de la
cual no puede proseguir por los medios habituales, estalla la guerra para
barrer el obstáculo del camino.
Si es eliminado
el obstáculo y logrado el objetivo político, terminará la guerra. Mientras no
se elimine por completo el obstáculo, la guerra tendrá que continuar hasta que
se logre totalmente el objetivo. Se puede decir entonces que la política es
guerra sin derramamiento de sangre, en tanto que la guerra es política con
derramamiento de sangre.
En guerra y en
política, hay bandos enfrentados y cada cual trata de imponer su voluntad al
otro. Cuando fuimos a la guerra, cuando volvimos, aún hoy cuando sufrimos esta
realidad que nos golpea, pertenecemos a uno de esos bandos. O conocemos la
intención del enemigo para tomar las medidas que nos permitan derrotarlo, o
desaparecemos de la historia. El Objetivo del Imperio es ése, seguir siendo un
Imperio y que nuestra Patria siga siendo una Colonia en la miseria e ignominia,
en la realidad actual que sufrimos y el destino que el Imperio británico
reserva a los vencidos.
2.
Política británica en Argentina.
Hace ya 200 años que llegó el Servicio Secreto británico
a Río de la Plata para preparar las Invasiones Inglesas. Los batallones
invasores fueron derrotados y devueltos a su país, pero el Servicio secreto se
quedó y aún sigue actuando en nuestra Patria y contra ella. Jamás se ha ido.
¿Cuáles eran los Objetivos británicos, los de su Servicio
Secreto, los de sus agentes locales? Imponer la doctrina Canning con todas sus
consecuencias: “La guerra (de
Independencia) se ha terminado y, si actuamos bien, la América española será
nuestra. Inglaterra será el taller y América española la granja”.
No importó que
Argentina y los países hermanos tuvieran Independencia “formal”. Lo que
importó era dominarnos a través de créditos usureros y el comercio monopolizado
por Inglaterra, que los países recién independizados estuvieran obligados a vender
y comprar a Inglaterra a los precios que ésta les imponía. A este monopolio lo
llaman “Libre Comercio”.
No habían terminado las luchas de la Independencia cuando
el “Libre Comercio” arrasó las economías del interior y los argentinos se
desangraron por arrebatar el control de la Aduana a los agentes británicos. No
se pueden comprender las guerras civiles argentinas sin saber que, en Buenos
Aires, un poncho de Catamarca valía $10 y un poncho inglés $ 3.
Hoy, cuando la invasión de manufacturas provoca
desocupación a millones de argentinos, cuando los corruptos se desesperan por
consumir artículos de lujo del “Primer Mundo”, suenan proféticas las palabras
del Gobernador de Corrientes Pedro Ferré cuando las guerras civiles nos
desangraban:
“Los pocos
artículos industriales que produce nuestro país, no pueden soportar la
competencia con la industria extranjera. Se destruyen los capitales invertidos
en esos ramos y se sigue en la miseria (...) un corto número de hombres de
fortuna se privarán de tomar en su mesa vinos y licores exquisitos. Los pagarán
más caros y su paladar se ofenderá. (...) No se pondrán nuestros paisanos
ponchos ingleses; no llevarán bolas y lazos hechos en Inglaterra, no vestiremos
la ropa hecha en extranjería (...) pero en cambio comenzará a ser menos
desgraciada la condición de pueblos enteros de argentinos y no nos perseguirá
la idea espantosa de la miseria (...) y aquí es tiempo de notar que sólo
propongo la prohibición de importar artículos de comercio que el país produce y
no los puede producir y aún no se fabrican (...)”
Quienes desconocen la
Historia están condenados a repetirla. Un objetivo británico es endeudarnos y
condenarnos a sufrir para pagar Deudas de Usura que se contraen sin consenso
del pueblo que debe sacrificarse por una Deuda Externa que nunca llega a
nuestros bolsillos sino que las “comisiones” quedan en cuentas secretas de los
corruptos.
No había terminado la
guerra de la Independencia cuando ya habían contraído la primera Deuda Externa
con Baring Brothers. Con gran paralelo, no se habían recuperado aún los heridos
de Malvinas cuando en Noviembre de 1982, el “privatizador” de turno, había
“nacionalizado” la Deuda Externa contraída por los que se habían beneficiado
con el Proceso. Las empresas y bancos ingleses en Argentina, hicieron figurar
como “deuda” las remesas desde Londres para prestar acá a intereses mucho más
altos que allá. Los británicos hacen cola para cobrar en dos ventanillas: la de
deudores y la de acreedores. No nos deben extrañar hoy los padecimientos,
discriminación y hasta persecución a los ex combatientes. Hace casi 200 años
que se produjeron las muertes de Liniers, Alzaga, Moreno y Dorrego. Todo quien
enfrentaba al Imperio era fusilado o envenenado. Hasta el propio Grl. San
Martín debió ir al exilio perseguido por agentes británicos que le negaron los
auxilios para terminar la guerra de la independencia y querían utilizar al
Ejército Libertador para reprimir criollos que se alzaban contra el “libre
comercio”.
Y no solo acá. El
propio Bolívar se vio abandonado por sus generales, roto su sueño de una Patria
Grande unificada, y murió abandonado luego de reprochar al Grl. Santander por
haber endeudado a Colombia con los bancos ingleses. Y todos, por supuesto,
mueren difamados por la prensa y los “historiadores” del Sistema. No debemos
avergonzarnos de haber combatido con armas en la mano. Fuimos alentados por
miles de millones que ya conocían el flagelo del Imperio colonial. No sólo en
el Tercer Mundo sino también en Europa. Debemos avergonzarnos si dejamos caer
nuestro espíritu de lucha, si les reconocemos que han aniquilado nuestra
voluntad de combate.
Es el destino
reservado a Argentina por la oligarquía británica: un país de argentinos flacos
y vacas gordas, colonia de “facto” con bandera propia pero careciendo de gobierno
de su destino, controlado por inversiones claves en ferrocarriles, bancos,
financieras, comercio exterior, servicios públicos, latifundios y obrajes. Los
memoriosos recuerdan el régimen de “mensú” que había en obrajes, latifundios y
empresas británicas, de sus violaciones a los derechos humanos y sociales de
los obreros argentinos. Todo fue
resultado de la supresión de gauchos, indios, negros y patriotas en décadas de
guerras civiles y represiones. Terminadas estas, siguieron las represiones a
los obreros que luchaban por sus derechos en empresas, obrajes y estancias
británicas.
3. El Estado Tributario.
Nuestra Patria,
frustrada al terminar la Guerra de la Independencia, no pudo desarrollar un
proyecto nacional y popular. Gran Bretaña contaba desde antes de la Invasiones
Inglesas con un una “quinta-columna” de comerciantes y agentes de inteligencia
británicos, reclutando sus socios-cómplices entre los locales. Fomentaron el
“Libre Comercio” con Gran Bretaña y traicionaron los esfuerzos libertadores y
de unión con nuestros hermanos de la América Española. Sus mezquinos intereses
de comerciantes intermediarios no vacilaron en derramar la sangre de miles de
argentinos para que una pandilla de Buenos Aires ahogase el crecimiento de las
provincias en beneficio de Inglaterra. Nuestro país vivió en función del
tributo que debía pagar a Londres, en función de las deudas que contraía, en
función de las mercaderías que importaba y de las que vendía a precios que le
fijaba el mercado de Londres. Todas las instituciones eran para mantener una
ficción de un país con independencia formal pero colonia económica de
facto.
4. La reacción a la colonia oligárquica: el nacionalismo
militar industrial.
Argentina tiene tradición de líder. La reacción a la
colonia británica fue el nacimiento del nacionalismo militar industrial. Si
Gran Bretaña había decidido el destino de “chacra” del imperio, el camino
lógico era propiciar la industria. Para tal cosa, Argentina carecía de
burguesía industrial capaz de enfrentar a imperio. La tarea recayó en manos de
militares patriotas e inteligentes. La oligarquía pro-británica había sido
derrotada en las elecciones de 1916 y así fue que surgió una generación de
militares como los generales Mosconi (YPF), y Savio (Altos Hornos), los
almirantes Storni y Domecq García (astilleros), el Brig. San Martín (Fábrica
Militar de Aviones), el Gral. Uriburu
(TAM), los almirantes Quihillalt y Castro Madero (Comisión Nacional de Energía
Atómica) y muchos más que se omiten, no por ingratitud sino porque sería largo
detallar.
Lo peor para el Imperio anglo-americano, es que YPF
sirvió de modelo para muchas petroleras latinoamericanas: Pemex de México,
Petrobras, PdeVSA, Ecopetrol, ENAP o YPF de Bolivia. YPF, hoy desaparecida, fue
pionera del nacionalismo petrolero.
No se trata acá de defender o atacar la actuación del
general Tal o el almirante Cual, porque esto va más allá de una cuestión
personal, va más allá incluso de un grupo. Era una Cultura militar nacional e industrial. Quien haya estudiado las
guerras coloniales británicas verá que lo
que realmente preocupa al Imperio es el fondo cultural que se opone al
imperio. Mientras exista tal cultura, saben que constantemente estarán
surgiendo líderes y masas populares que resistan. Lo que deben hacer para
dominar definitivamente a un pueblo es des-culturizar. La real ocupación
británica suele ser una mezcla de Agobio Económico con Hegemonía Cultural y, si
es posible, por medio de una oligarquía intermediaria a la que se haga aparecer
como culpable de la situación ante aquellos que carecen de sentido crítico de
la situación.
Fue la crisis de l930 y la sustitución de
importaciones lo que permitió esta eclosión. Pero esta no se limitó solo a los
militares. Se fueron sumando civiles pensadores del campo nacional y popular
como Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz y otros, que fueron estudiando la
totalidad del dominio británico en lo económico, político y cultural; los que
se dieron cuenta que no hay Proyecto de Poder sin Proyecto cultural.
A estas dos corrientes se sumó una tercera de origen
sindical, no ligada a los aparatos de ese momento, emigrantes internos recién
incorporados a la economía industrial, con una antigua identidad
nacional-cultural que aportaron el principio de que no puede haber política
nacional sin política social. Para nosotros, el fin es social, mejorar a
situación de los sectores populares elevando su situación cultural y económica,
permitiendo el acceso a tecnologías avanzadas. El fin es social y la política
es sólo un medio para lograr este fin. La economía es otra herramienta del
cambio social.
Una
política y una economía que no mejoren la situación social, no sirven.
Estas tres corrientes, militar-económica y civiles
socio-culturales se fueron fusionando en un movimiento político que haría
eclosión a mediados de los años ’40.
Una lección importante es que los grandes movimientos
argentinos, los que cambian la Historia, son cívico-militares. Lo fue el
rechazo de las invasiones inglesas y la revolución de Mayo, el federalismo, el
radicalismo y el fin del fraude oligárquico, el peronismo de los ’40.
Los cambios realmente importantes en la historia, son
los que dejan su huella en lo cultural y que luego no pueden retroceder sin
resistencia. Lo realmente subversivo es el cambio que afecta a la cultura. El
neo-liberalismo es subversivo por la forma en que atenta contra la cultura del
trabajo, la independencia económica y la justicia social.
Una corriente que no contemple esta alianza cívico
militar, sea una “derecha” militarista o una “izquierda” anti-militarista,
termina haciendo el juego británico al impedir el frente nacional.
5. La falsa opción británica: El anti-militarismo de “derecha”
o “izquierda”.
La corriente nacional-industrial apareció poco antes
de la 2da. Guerra y no fue combatida por el Imperio mientras Gran Bretaña se
recuperaba del conflicto. No fue extraño que al poco tiempo apareciera una
corriente anti-militar de “derecha” que se oponía al desarrollo de la industria
independiente con argumentos economicistas sobre el mejor lucro que suponía
seguir dependientes del imperio en lo económico. El argumento “Comprar a quien nos compra” implicó
comprar sólo a Gran Bretaña, la única que nos compraba y debíamos comprar a los
precios que ella nos fijaba.
Esta corriente anti-militar de “derecha” se
especializó en ataques oblicuos a los defensores del desarrollo industrial a la
vez que alababa los “militares democráticos”, es decir, los que una vez en el
gobierno entregaban el ministerio de economía y Banco Central al elenco estable
de los economistas del Sistema. Esta “derecha” utilizó periodísticamente con
las FFAA: “palo y zanahoria”, palo al industrialista y zanahoria al que cede el
manejo de la economía.
Inglaterra nunca pega
con una sola mano. Como un buen boxeador, pega con “derecha” e “izquierda”.
Desde mediados de los años ’30, los militares industrialistas, los que
denunciaban el control británico de la economía argentina, muchas veces eran
calificados de “fascistas” por las izquierdas que se preocupaban por las luchas
europeas y callaban la condición de semi-colonia inglesa de nuestra Patria.
Para Inglaterra era “fascismo” todo lo que se le oponía a su explotación
imperial del Tercer Mundo.
A mediados de los ’40,
en nombre del “anti-fascismo” se aliaron a los más rancios apellidos de la
oligarquía en un frente dirigido armado por el embajador de EEUU. Una década
después integraban la “Junta Consultiva” de una dictadura surgida de un golpe
de Estado que derogó una Constitución por decreto, que por decreto nos
incorporó, sin consultar al pueblo, al FMI, que, encarceló, proscribió, torturó,
desterró y fusiló a militares y civiles.
Una característica
liberal es la importación no solo de mercaderías sino también de ideas y
metodologías. Demostrando ignorancia de nuestra historia, que los grandes
movimientos argentinos son cívico-militares, importaron la metodología del
terrorismo desde latitudes políticas que nada tenían que ver con nuestra
realidad. Allá esos métodos de lucha nacional podían ser muy correctos, pero
acá producían el efecto contrario, el enfrentamiento cívico-militar que buscaba
Gran Bretaña.
Engañaron a muchos
jóvenes honestos con quienes coincidíamos en el diagnóstico – la dependencia
como fuente de males -, pero disentíamos en la terapia – el terrorismo
anti-militar como solución. El terrorismo demostró ser, a lo largo de la
historia, contra-revolucionario.
Según Perón, una
revolución tiene cuatro etapas: 1) Difusión de la Idea Revolucionaria, 2) Toma
del Poder, 3) Construcción y Defensa del Estado Revolucionario, 4)
Institucionalización de la Revolución. No se puede pasar a la Etapa 2 sin
primero lograr que la Idea Revolucionaria haya prendido en la masa popular y de
ella hayan surgido los cuadros que dirigirán las etapas siguientes.
El terrorismo aborta
la Etapa 1. Los cuadros iniciales de la revolución provocan la reacción y represión por parte de la juventud
militar-policial que debería ser ganada para la revolución. Desde el comienzo
divide a la juventud en dos bandos enfrentados entre sí. Los cuadros de los
dirigentes sociales, gremiales, estudiantiles, en lugar de seguir propagando la
idea, se ven obligados a derramar sangre o defenderse de la represión por parte
de aquellos que debían integrar las filas de la revolución. El objetivo es
convencer y la sangre derramada no convence. Leemos lo siguiente:
“Como
no sea mediante una guerra civil devastadora, resulta difícil imaginar como puede deshacerse la revolución
(industrial y científico-técnica) efectuada
por Perón” Harry S. Ferns, “Argentina”, Editorial Sudamericana, año 1973, página 275.
Harry
S. Ferns estaba en 1973 en la Universidad de Birmingham del Reino Unido. Leemos
el 18 de Abril de 1974, en el diario “La
Nación”, que el agregado de la embajada británica, Micke John Bishop, fue
detenido al introducir 17.500 cartuchos
9mm, que había desembarcó en el Puerto de Buenos Aires del HMS Endurance
(recordar su actuación en Malvinas). En Análisis de Inteligencia, uno (Ferns),
más uno (Bishop), puede ser mucho más que dos. Es cuestión de reabrir las investigaciones
para ver la ingerencia británica para desatar “una guerra civil devastadora”.
6. La contra-revolución liberal.
A mediados de los ’60,
estas ideas erróneas sobre la revolución, difundidas y alentadas, en forma
directa o subliminal por sectores de “derecha”, se pusieron en marcha. El
objetivo de la “derecha” era y es, abortar al movimiento nacional
revolucionario en un sanguinario enfrentamiento interno. Si los sectores que se
decían “revolucionarios” no hubiesen derramado sangre de policías y militares,
una década más tarde se hubiesen encontrado con muchos de ellos formando parte
de sus cuadros. Pero esto no sucedió, porque en lugar de sumar, restaron, en
lugar de convencer mataron, en lugar de unir, dividieron. Hicieron todo lo que
no se debe hacer en una revolución, hicieron todo lo que convenía al imperio
británico, hicieron todo lo que hoy nos tiene en esta situación de sufrimiento
y dependencia.
En esta lucha
provocada entre falsas opciones, la cúpula militar también tiene sus
co-responsabilidades por actuar erróneamente, sin sentido estratégico, sin
pensar que el objetivo de la guerra no es militar sino político, sin pensar que
“las bayonetas sirven para todo menos
para sentarse sobre ellas”, que el objetivo “no era vencer sino convencer”. Cayeron en la trampa ideológica del
liberalismo, al igual que los terroristas cayeron en la falsa opción de
“izquierda” o “derecha” cuando la verdadera opción era “liberación o
dependencia”. Una Inteligencia no puede ser ni tuerta ni miope. No puede ser
tuerta que solo vea una “izquierda” o “derecha”, ni miope que no alcance a ver
lo que hay detrás de la “izquierda” o “derecha”. No vieron más allá de “una guerra civil devastadora”.
“Gobernar es abrir fuentes de trabajo. Si hay trabajo los demás
problemas se solucionan más fácil y muchos se soluciona solos” Tgrl. Juan D
Perón
Una guerra, externa o
interna, debe conducirse pensando también en ganar la posguerra. El
Generalísimo Francisco Franco tomó un país destruido por una guerra civil y, a
su muerte, España era la 8va. Potencia industrial de Occidente. Acá se hizo al
revés: a un país que se industrializaba se lo destruyó. Tan terrorista como el
que dispara a un uniformado, puede ser quien cierra fuentes de trabajo
productivo para dedicar el dinero a la especulación financiera. Nuestra clase
dirigente; y se incluyen políticos, sindicalistas, militares, empresarios,
periodistas; tiene mentalidad de especulador a corto plazo. No ve más allá de
un dólar barato que les permita comprar artículos suntuarios en el exterior por
2 o 3 años, aunque luego dispare una década o más de desempleo.
El actual desastre
socio-económico, viene desde hace mucho, sucede que cada gobierno lo empeora un
poco más, agrega “más de lo mismo”. Es un engaño político para miopes lograr un
dólar barato, sea en 1977 o en 1991, por endeudamiento o entrega de empresas
nacionales, para que los frívolos viajen barato a Miami a practicar el “déme dos”.
Parte II: Una Estrategia para la
Segunda Reconquista.
7. Información y Conducción.
“Se
conduce bien o mal según la información que se disponga” Grl Juan D. Perón
El “Informe
Rattenbach” atribuye las causas de la derrota a la falta de Inteligencia
Estratégica y Logística Estratégica. Y ambas están conectadas entre sí. Falta
una porque falta otra. Todos recordamos los días entre el 3 de Abril y el 1 de
Mayo de 1982, cuando los jefes nos decían: “La
situación se va a resolver por vía diplomática y no va a haber guerra”.
Todos escuchamos estas palabras. Es claro ahora que los responsables de
recolectar y analizar Información Estratégica sobre el Enemigo y sus aliados, o
aquellos de quienes se nos dijo que eran nuestros enemigos y luego nos
sorprendieron con su apoyo en la ONU, esos responsables no estuvieron a la
altura de su tarea. La mayoría de ellos vive aún, y muchos tienen un sincero
patriotismo. ¿Cómo han cometido tal error estratégico? La culpa no es de ellos
sino del Sistema de Dependencia en lo General, del Sistema Educativo en
Particular y la visión del Enemigo que nuestra Educación Liberal le inculcó en
lo específico.
Un oficial de Inteligencia que carezca de una correcta
visión histórica, no podrá visualizar a Gran Bretaña como el Enemigo histórico.
Ha sido educado en que Gran Bretaña llegó al Río de la Plata para fomentar el
“Libre Comercio” y que ambas, Argentina y Gran Bretaña puedan vivir en paz y
prosperidad mutuas. Y también ha sido educado en que no convenía que Argentina
tuviera industria pesada, ni Logística Estratégica, porque eso arruinaba el
Libre Comercio con Gran Bretaña y no era
negocio para Argentina. Ese oficial de Inteligencia fue educado en la visión de
un país con vacas gordas y vacas flacas. Es posible que en el pasado haya visto
con desconfianza a todo movimiento que en una u otra forma ideológica, haya
pedido independencia industrial y financiera.
La falta de Inteligencia Estratégica y Logística
Estratégica se origina en una falta de Visión Estratégica sobre los orígenes y
causas de nuestra Dependencia, de nuestra miseria, del hambre en un país que
exporta alimentos para 300 millones de personas.
Si no tenemos Información, y mucha sobre el tema, no
tenemos conducción para superarlo y seremos vulgares políticos junta-votos que
solo se preocupan por llegar a un cargo y enriquecerse en él, no importa a
costa del hambre de quien sabe cuantos argentinos.
8. Democracia y Defensa de la Patria.
Democracia no es
elegir a un corrupto y/o inepto para que se enriquezca en un cargo determinado.
Democracia es la obligación del elegido para defender a la Patria desde un
puesto público, con toda honestidad y capacidad, con el ejemplo de San Martín o
Belgrano.
El arma más peligrosa del enemigo no han sido ni sus
naves ni fusiles, sino su conocimiento de las debilidades del alma humana, de
la codicia o ambición individual de los enemigos, del empleo del soborno y la
traición. Si vemos páginas en Internet de India, veremos historiadores que se
quejan porque mediante el soborno y traición de unos pocos ministros o
generales, se entregaron reinos enteros al dominio y la explotación inglesa. Lo
mismo pasó en China respecto a las mafias, Triadas, que por tráfico de opio
entregaron un imperio al desastre, o los jefes de tribus de las costas africanas
que vendían a sus hermanos de tierra adentro como esclavos.
El imperio británico no se construyó, como dice
Hollywood, con románticos soldados ingleses en medio de un mar de enemigos de
color. El imperio se construyó con avanzadas de agentes de inteligencia, de
comerciantes, que sobornaban a traidores y conquistaban reinos con cipayos que
reclutaban en otros reinos.
Una Democracia debe responder, antes que nada, al Bien
Común de la Patria y el Pueblo. Lo contrario no es Democracia sino una colonia
donde el pueblo elige los cipayos que lo venderán. No pensemos jamás que si
elegimos un honesto y capaz representante del Pueblo comenzarán a solucionarse
nuestros problemas. Por el contrario, recién ahí comenzarán los problemas
porque, no digamos que el patriota elegido cause perdidas al Imperio, en cuanto
sólo le impida seguir ganando como antes, el imperio comenzará un bloqueo
comercial, un sabotaje financiero, una guerra sicológica, una campaña de
acciones encubiertas de inteligencia, de reclutamiento de mercenarios externos
y cipayos internos, empleará la desinformación
y el aislamiento diplomático, el sabotaje y el terrorismo, hasta que por
fin, este enemigo que dice ser el único que sabe que es democracia o no, que se
siente con “auto-impuesta autoridad” para ser su árbitro en el mundo, este
enemigo hipócrita y sanguinario, no vacilará en el Golpe de Estado.
Veamos la Venezuela Bolivariana, una de las más
grandes potencias petroleras del planeta y la primera de América Latina, la
mayor fuente de petróleo externo de EEUU. Esta Venezuela con un 80% de pobres
“pata al suelo”, que padecen hambre sobre un lago de petróleo, tuvieron mas de
40 años de “democracia bendecida” (por EEUU), donde los corruptos de uno y otro
partido del Sistema se turnaban rigurosamente cada cinco años para seguir
robando.
El pueblo bolivariano se cansó y eligió como caudillo
a un soldado que en su niñez iba a la escuela descalzo, un presidente de piel
morocha en un país de oligarcas blancos. Este soldado de Bolívar se cansó y
mudó la petrolera de su país desde Houston (Texas – EEUU), a Caracas. Decidió
despedir a sus gerentes yanquis y poner a patriotas en la dirección, decidió
aumentar los impuestos a las petroleras para pagar la deuda que oligarcas y
corruptos habían contraído con el FMI.
Los “democráticos” oligarcas no vacilaron en el golpe
de estado, los “democráticos” de EEUU no vacilaron en la ingerencia externa y
la violación de la soberanía. Acá se ponen en marcha las Leyes de Clausewitz
sobre “ascenso a los extremos (de violencia)”.
Un bando decide no obedecer la voluntad del otro y comienza un conflicto, por
el momento sólo en lo político.
Entonces comienza el ascenso a toda medida necesaria
para quebrarlo, desinformación, calumnia, acción sicológica, contrato de
mercenarios y violencia política, huelgas desnaturalizadas, y muertes
provocadas. El bando agredido, el movimiento popular, debe “ascender” en la respuesta o es
derrotado. Ante este ascenso el imperio responde con más medidas, si es
necesario con una guerra civil. Quien no pueda seguir con la escalada a los
extremos de violencia, queda derrotado.
No inventamos nada nuevo. Nos limitamos a resumir la
historia de América Latina desde 1954 (Golpe de Guatemala), en adelante. Recién
ahora el pueblo de Bolívar tiene una Verdadera Democracia, un líder electo y al
servicio de la Patria y el Pueblo, recién ahora empieza la lucha por la
verdadera democracia que, solo sirve en la medida en que sea la defensa de la
Patria
9. La Estrategia del ‘Enjambre’ y la construcción del Movimiento Libertador.
En los Puntos 7 y 8
hablamos de la necesidad de Información y Democracia para Defensa de la Patria.
Ahora de la Construcción del Movimiento Nacional y Revolucionario o, mejor
dicho, de la construcción de un movimiento “a prueba de anglo-americanos”.
A medida en que se
desarrollan las armas más destructivas se hace necesario pasar a las tácticas
de formaciones de atacantes más chicas. No se puede como en época de Napoleón,
atacar con columnas de batallones a nidos de ametralladoras. Se hacen
necesarios los avances con grupos ágiles y bien entrenados. Eso no quiere decir
que se abandona la leva en masa, sino que la masa sigue avanzando pero en
multitud de grupos pequeños. Esto en la guerra.
Pero en Política,
cuando las técnicas de corrupción de desarrollan, no se puede avanzar con
“partidos de masas” sino con una masa de organizaciones descentralizadas pero
inter-comunicadas.
La principal arma de
destrucción del enemigo ha sido la corrupción. Si aparece un líder opuesto, al
frente de un movimiento que pone en peligro intereses del Imperio, intentan
comprarlo y, si esto no da resultado, recurren a líderes de segunda
línea para dividir el movimiento.
El objetivo es desbandar al movimiento y desalentar a
sus seguidores por una década o más. Luego se vuelve a repetir la operación y
tantas veces como necesarias.
Si “dibujamos” esto,
podemos hacer una gran pirámide con una gran base de seguidores que confían en
su cúpula. Sólo hay que golpear una cúpula para desalentar y desbandar la base.
Una escopeta se puede
usar contra un pato pero no contra una nube de avispas. Debemos reemplazar la
“Gran Pirámide” del movimiento popular por multitud de pequeños grupos muy bien
comunicados entre sí, de tal forma que si uno o varios de ellos caen bajo la
“corrupción” enemiga, el resto pueda seguir avanzando hacia el objetivo y, en
el camino, recogiendo las bases de las organizaciones desbaratadas. ¿Cuanto
daño puede sufrir una organización hasta que deja de funcionar? Una gran
organización, militar o política, queda incapacitada con un daño al 30%, deja
de ser operativa. Un “Enjambre” puede sufrir un 60% de bajas y combate con el
40% restante.
10. Comunicación y Reconquista.
En Malvinas los
ingleses demostraron lo que era poner en funcionamiento los principios de
Comunicación y Movilidad. No marchaban en grandes columnas vulnerables al
ataque aéreo sino en cantidad de pequeños grupos que hacían imposible la
aplicación del “Blanco Rentable”. En todo momento aplicaban el principio de
“Marchar separados y combatir unidos”.
El “enjambre” británico
estuvo operativo mediante la Comunicación. En todo momento sabían cuando
separarse para marchar y cuando – y dónde – unirse para combatir.
Hoy, el “Enjambre”
nacional y popular dispone de medios más baratos, accesibles, en tiempo real,
más fáciles de usar, de lo que había hace 20 años. Un patriota de Ushuaia puede
coordinar sus acciones con uno de Iguazú o La Quiaca, sin siquiera tener que
conocerle la cara.
Hace 20 años este
patriota hubiese necesitado una imprenta para una hoja, un boletín, un
periódico, y luego toda una estructura de transporte y distribución. Hoy puede
“chatear” con varios simultáneamente o enviar toda una masa de información en
“archivo adjunto” y en cuestión de minutos, a un conjunto de organizaciones
patriotas en todos los puntos de la República. Es más, se puede comunicar con
cualquier otro patriota de América Latina, en una forma impensada para San
Martín y Bolívar. Estamos ante una
revolución tecnológica que provocará revoluciones sociales. En la segunda mitad
del Siglo XVIII, la revolución industrial abarató la producción de fusiles, el
arma básica de la infantería y del pueblo en armas. Esto permitió que se
desarrollaran, a lo largo de todo el Siglo XIX, guerras de masas populares por
la independencia, la unidad nacional, contra los despotismos y por las
democracias, en América y el Mundo. Se puso en vigencia el axioma que dice: “Armas baratas = masas que luchan por su
Liberación”.
A partir de la Guerra
Mundial, se hizo más necesario el empleo de armas más caras y de mayor nivel
tecnológico, algo a lo que sólo tenían accesos los Estados grandes y ricos. De
a poco se fue desarrollando el concepto de “colonialismo
tecnológico”. No es necesario ocupar un país sino controlar la tecnología
que se usa en ese país. Se revirtió la tendencia y las oligarquías financieras
volvieron a avanzar sobre las democracias nacionales. “Armas caras = oligarquías que imponen la Opresión”.
Pero estas oligarquías
financieras, para sus mejores negocios, ayudaron a desarrollar una segunda
revolución tecnológica, la revolución de las comunicaciones digitales que
funciona hoy, las 24 hs. en todo el mundo. Y para ampliar el negocio pusieron
al alcance popular tanto el teléfono celular como la fibra óptica. Y acá vemos
que contra el imperio, a veces es más importante la comunicación
inter-oprimidos que el fusil. Podemos pensar en un nuevo axioma: “Comunicaciones baratas = masas que luchan
por su Liberación”, y luego dar vuelta la situación, convirtiendo
desventaja en ventaja.
11. Comunicación, Guerra Secreta británica y Resistencia
Nacional: Gandhi.
Los ingleses
comenzaron la conquista militar de India con sólo 4.000 hombres de infantería,
Batalla de Plasey – Bengala – 25 de Junio de 1757; sólo con 4.000 fusiles. Conquistaron
un reino de 30.000.000 de habitantes, algo menos que la actual población de
Argentina, con 4.000 fusiles y mucha corrupción de los visires del Sultán. Un
siglo después, para un imperio de 200 millones de habitantes, tenían un
ejército de 200.000 cipayos y sólo 40.000 soldados británicos. En algún momento
de la 2da. Guerra Mundial, el Ejército británico llegó a los 300.000 hombres,
entre ingleses y cipayos, para defender un imperio de 400 millones de habitantes,
cuando los japoneses atacaban desde Birmania hacia la entrada en India. En
época normal, era necesario un promedio de 1 fusil inglés por cada 5.000
colonizados.
La fuerza de los británicos no está en el número de fusiles
sino en la incomunicación de los oprimidos. La India es un sub-continente más
complejo que Europa. Tiene multitud de razas, lenguas, castas, tribus,
religiones, odios ancestrales, que la hacen uno de los mosaicos más complejos,
sino el mayor, del mundo. Hoy esa República se mantiene unida en base a un solo
principio: Pase lo que pase, los ingleses no deben volver jamás.
Los sitios Internet de los historiadores de India
coinciden en que los ingleses no son tan grandes guerreros como quieren
aparecer, ni mejores que los guerreros asiáticos, pero sí que introdujeron un
tipo de guerra de la cual son maestros y que no se conocía en India: la Guerra
Secreta (“The Masters of the Covert War”). La Guerra Secreta británica se basa
el elevar a un alto grado de refinamiento el principio de “Dividir para
vencer”. Necesita de un buen Servicio de Inteligencia para conocer a fondo las
debilidades y fuerzas de las víctimas, para fomentar las divisiones internas,
para desinformar sobre sus verdaderas intenciones, para conocer el precio de
los traidores, para debilitar a las víctimas enconando sus enemistades internas
y llevarlas a guerras encarnizadas entre sí, para vencer mediante la Perfidia a
pueblos exhaustos y divididos.
Mahatma Gandhi se dio cuenta que la debilidad estaba
en la falta de comunicación. Dijo: “Mi
estrategia es llevar al enemigo a un terreno donde él no pueda luchar”.
Durante 50 años su trabajo fue:
1) Conocer al enemigo. El era graduado de la
Universidad de Oxford. Eso lo podemos subsanar comenzando a explorar por
Internet toda la información que hay sobre el Imperio.
2) Re-establecer la comunicación entre los oprimidos
de diferentes religiones, lenguas, castas y razas; las “300.000 aldeas” que eran la base de India.
3) Restablecida la comunicación inter-oprimidos, el
siguiente paso era “golpear económica y
financieramente” al enemigo. El objetivo británico es económico-financiero,
lo político-militar es sólo un medio. Si pierden dinero no vacilan en cambiar
los medios. A los ingleses no les interesa seguir una guerra militar el tiempo
que sea, siempre que con ella ganen dinero Piden la paz cuando empiezan a
perder dinero.
Otra característica que nos informan nuestros
corresponsales en Gujarath, India; es, “los
ingleses se vuelven crueles y ávidos cuando hay posibilidad de un tesoro
inmediato. Son suaves cuando deben explotar un pais por mucho tiempo y con el
trabajo de sus habitantes”.
4) Los golpes de Gandhi tenían objetivos
económicos-financieros y sus medios eran los de movilización de masas. Lograba
huelgas de productores de insumos y paralizaba industria en Gran Bretaña,
lograba boicots impositivos y dañaba el aparato colonial, en un país donde era
delito hacer su propia tela y ropa, donde al infractor se lo castigaba con
multa y cárcel, movilizaba a millones tejiendo su propia ropa, distribuyendo
tela hecha a mano o quemando ropa inglesa.
Donde los ingleses tenían el monopolio de sal,
movilizaba a cientos de miles al mar para elaborar, producir y distribuir la
propia sal, otro delito penado con cárcel y multa. Lograba cortar el tráfico
ferroviario con miles que se colocaban sobre los rieles.
Pero la base de todo esto fue “re-establecer la comunicación” de los oprimidos, superar las
falencias de comunicación entre todos los grupos humanos. Mereceríamos ser
fusilados si no supiésemos hoy aprovechar las facilidades de comunicación a
nuestro alcance.
10. Movilidad e Iniciativa.
Dijimos que los dos
principios tácticos en los que hay que alcanzar y superar a los ingleses son
Comunicación y Movilidad. Y por Movilidad, y en este tipo de Lucha Política, no
entendemos estar caminando sin saber a dónde vamos, sino moverse en todos los
“terrenos sociales” y otros del tejido nacional, y en una forma en que el
enemigo no nos pueda frenar. Parafraseando al Coronel Thomas H. Lawrence, a)
Lawrence de Arabia, “una formación que se
expande como el gas, que no pueda detenerse y que llegue a todas partes”
(“Los Siete Pilares de la Sabiduría).
Volviendo a la
Estrategia del Enjambre, la carrera de un elefante puede frenarse con un
disparo de fusil, en el ataque de una jauría de lobos puede matarse a algunos
pero no a todos y los restantes devoran al cazador.
Lo primero que hay que
desarrollar es la Iniciativa. Una gran organización burocrática es la peor
enemiga de la Iniciativa. En un ejército del siglo 19 era necesaria una
disciplina prusiana para que todos funcionaran como engranajes de una sola
máquina y en ningún momento se perdiera el control de ella. Aún con la
aplicación del telégrafo a las operaciones militares, la línea del telégrafo
llegaba a la frontera, los planes de movilización ya estaban estudiados de
antemano y cuando se daba la orden de marcha, no había forma en que el Zar o el
Káiser detuviesen la invasión a último momento. Fue lo que pasó en Agosto de
1914.
Las comunicaciones
mejoraron con el tiempo y ya no se necesita una disciplina de máquina única
controlable. Muchas veces la mentalidad militar suele ser lenta para asimilar
las conductas a las nuevas tecnologías, a veces ni se ven las relaciones entre
conductas arraigadas y tecnologías adquiridas. Se buscan disciplinas de
Federico el Grande y comunicaciones satelitales en tiempo real.
Por el lado de la izquierda la cosa no está
mucho mejor. Lenin había pensado en un partido disciplinado, (“¿Qué hacer?” –
1902), cuando estaba en el exilio y desde allí debía comunicarse y dirigir el
partido en un imperio tan grande e incomunicado como Rusia. Esa burocracia
respondía a las comunicaciones de principios de siglo pero no a las de 1989 cuando
cayó el Muro de Berlín.
Defendemos la Iniciativa diciendo que “la mejor arma es el cerebro”, y sí
Clausewitz defendía la guerra de masas en momentos en que se incorporaban masas de fusiles, defenderemos que en
este tipo de lucha deberemos movilizar “masas
de cerebros” pensando, creando, ideando, imaginando, nuevas tácticas,
estrategias, armas y formas de acción.
La verdadera Movilidad se ejerce en todos los terrenos sociales,
culturales, movilizando e incentivando al máximo para la acción a todos los
cerebros que se pueda y en todo lo que se pueda.
Esta Movilidad es la capacidad de luchar en todos los
terrenos y frentes socio-económicos y políticos y no verse obligado sólo en el
terreno que elige el Enemigo. Nuestra Estrategia es de Pensamiento de Masas y
Acción de Masas. Si más son los que piensen, más acción tendremos. Impedir o
frenar el pensar y actuar puede ser la obra de una burocracia
contra-revolucionaria.
Es cierto que los
grupos que actúan pueden cometer errores tácticos, pero los errores son a veces
la mejor escuela para un pueblo, para no volver a repetirlos jamás en su
Historia. Un movimiento de liberación no es un “jardín de infantes” donde un
burócrata les dice a los niños lo que pueden o deben hacer. Un movimiento de
liberación es un taller-escuela de enseñanza práctica y donde se va capacitando
a pueblos y conductores para su Liberación.
11. Nuevos conductores.
La guerra no es sólo
un enfrentamiento físico entre dos fuerzas. Si fuera así, nunca hubiera dado el
caso en que una fuerza inferior se impone a una superior. Y es así desde que
Alejandro, con 50.000 hombres se impuso a fuerzas de 1.000.000.
El militar, si estudia
Historia, debe recoger experiencias que tienen miles de años. Aprender de la
experiencia propia cuesta sangre y llega tarde. Los grandes conductores, antes de dar la orden
de actuar, ya ganó su batalla en la mente del enemigo. Ver sólo el plano de una
batalla o una campaña, por donde formaron o marcharon las tropas de uno y otro,
es sólo una cuestión formal.
El Mayor Juan Domingo Perón, en los años ’30 dictaba
la Cátedra de Historia Militar. En sus “Apuntes de Historia Militar” vemos que
no sólo era un estudioso de clásicos greco-romanos, sino que sabía aprovechar
los principios básicos de Conducción de Alejandro, Aníbal o Julio César, además
de los modernos, para la Conducción del
Movimiento Nacional, para emplear su propia Aproximación Indirecta. La Aproximación Indirecta es sobre la
psicología del Enemigo. El Ataque de Flanco que permite la victoria con Mínimo
Esfuerzo y Máximo Resultado, comienza cuando:
a. El buen conductor no se amilana ante las
dificultades. Hay quienes pelean para “no
perder”, pero los grandes pelean “para
ganar”. Quien toma la conducción no puede estar pensando “¿Qué me pasará a mí?” sino “¿Qué haré al enemigo para impedir que logre
sus objetivos?”. Y actúa en forma en que el enemigo no previó. No es
temerario sino prudente y decidido.
b. El buen conductor, sea Alejandro o
San Martín, se “pone en la situación del enemigo”, adivina y sigue el hilo de su
pensamiento y sabe como actuará. Y que no nos digan como que estos conductores
vivieron y lucharon hace siglos y ahora la cosa es distinta. En toda guerra,
aún con satélites de última generación, el problema sigue siendo de prever los
movimientos del enemigo. Un satélite hace inteligencia y transmite imágenes de
un campo terrorista en Afganistán o cualquier lugar del mundo. Lo que no puede
hacer es saber qué piensa el terrorista. La Inteligencia satelital no reemplaza
la Inteligencia Humana.
El combatiente más difícil es el Imprevisible, el que
sorprende. La Previsibilidad del Enemigo se adquiere estudiando su interés
económico, su historia y su psicología. La previsibilidad del enemigo británico
la adquiriremos estudiando su historia, y no por la “Historia Oficial” que nos
exportan los ingleses, sino por la Historia Real que nos cuenten los enemigos
de nuestros enemigos.
La Batalla de Malvinas repitió, en un Teatro más
grande, la Batalla de Blenheim en ¡1704!, cuando John Churchill, Duque de
Malborough, derrotó un ejército francés en Baviera. El desembarco en San Carlos
no debió habernos sorprendido. Fue la misma maniobra de la reserva inglesa al
norte de la aldea de Blenheim.
Lo peor del caso es que dicha batalla de Blenheim había
sido descripta y publicada en editoriales militares argentinas y mucho antes de
la batalla de Malvinas. Acá condujeron mal porque no se tomaron el trajo de
estudiar al enemigo. El buen conductor sabe estudiar al enemigo.
Hubo una derrota porque muchos no se tomaron el
trabajo de estudiar al enemigo.
c. Luego conocer al Enemigo hace la
Aproximación Indirecta, la maniobra inesperada en el momento y lugar
inesperado, que primero desequilibra psicológicamente al enemigo, y luego lo
desequilibra físicamente al no tener sus fuerzas en el lugar y momento
esperado. También es un desequilibrio psicológico del enemigo cuando ve que la
superioridad de sus armas no sirve para impedir nuestro ataque, pueden ser los
carros de guerra de Darío III o las fragatas inglesas frente a nuestros
aviones.
d. Nunca subestimar al Enemigo. Quien subestima
al Enemigo pierde la guerra. Siempre se está alerta contra el Factor sorpresa
empleado por el Enemigo.
e. Siempre se adelanta a los movimientos del
Enemigo, nunca ataca frontalmente sino donde este se ha descuidado, convierte
el Punto Secundario – donde el Enemigo no espera acción – en el Punto Principal
– donde el Enemigo debe actuar obligadamente.
f. No pierde la Iniciativa. Iniciativa no es la
Ofensiva sino que las acciones se desarrollen según lo planeado. Se puede estar
a la Defensiva, o esperando que el enemigo caiga en la emboscada, pero las
actividades del enemigo deben ser de acuerdo a lo esperado.
g. Avanza donde es fuerte y retrasa al enemigo
donde este es superior. Como Aníbal en Cannas que retrasó su infantería más
débil pero adelantó su caballería más fuerte. Si aplicamos el “Conócete a ti mismo, conoce a tu enemigo y
serás invencible” de Sun Tzu, podemos saber en que terreno somos más
fuertes para avanzar, en donde somos más débiles para evitar combate, e ir
haciendo avances.
h. Nunca repite dos veces la misma estrategia.
Siempre es creativo y siempre sorprende con algo nuevo al enemigo.
i. No teme en rodearse de los jefes más
capaces. Los conductores mediocres siempre se rodean oficiales más mediocres que ellos porque
están temerosos que los otros “le hagan
sombra”. Alejandro, César y Napoleón no temían rodearse de más capaces
porque sabían que, por más capaces que fueran, nunca serían más capaces que
ellos. El jefe mediocre se rodea de mediocres porque teme que los capaces le
hagan sombra.
j. Sabe que “el arma más importante es el cerebro”. Se destaca por su
inteligencia más que por el número de hombres o medios que conduce. La victoria
nace en la mente del conductor antes de ponerse en evidencia en la batalla. No
podremos echar al enemigo de nuestra Patria ni de Malvinas, si primero no le
echamos de nuestra mente, eliminando todos los prejuicios, ignorancia,
desinformación y debilidades que nos ha inculcado.
k. Supera situaciones desesperadas, cuando los
ineptos no saben que hacer, el pensó como resolver el problema y está decidido
a hacerlo.
l. No vende su situación de ventaja estratégica
a precio de regalo. En la campaña de Persia, el rey Darío le propuso a
Alejandro firmar la paz a cambio de una buena suma de dinero para que sea rico.
Parmenio le dijo: “Si yo fuera Alejandro
aceptaría”, y Alejandro respondió: “Si
yo fuera Parmenio también aceptaría”. El buen conductor no quiere ser RICO
sino vencedor. Sus hombres lo siguen porque saben que “no va a negociar la sangre derramada”.
m. Comparte las penalidades de la campaña con
sus hombres, sabe de sus privaciones y de sus sacrificios. No es un burócrata
en uniforme que ignora el sufrimiento del soldado. “Iremos
en pelota como los indios pero seremos libres” Grl. José de San Martín.
n. Sabe transmitir la fe en la victoria, no a
se sienta a llorar sino que sabe alentar
a los desconcertados y darles orientación de cómo se llegará al triunfo.
Sabe premiar a los patriotas, neutralizar a los tibios, hacer temblar al
enemigo. Es como Güemes con sus gauchos.
o. Sabe porqué lucha y transmite esa convicción
hasta el último soldado. Es el ejemplo de Güemes que, un maestro en eso y
cuando lo mató el enemigo, logró que su ejército siga luchando hasta el fin de
la guerra de la Independencia. El buen conductor no es mezquino ni niega la
oportunidad de capacitarse a sus subalternos. Por el contrario, los estimula a
que tomen su lugar en caso de que él caiga en la lucha.
p. Es humilde. No necesita “auto-bombo”. Se
reconoce su autoridad moral con hechos y no palabras.
12. Las organizaciones del “Enjambre” Nacional.
Hay dos tipos de organizaciones: las
burocráticas y las carismáticas. Definimos burocracia como una organización de
tipo piramidal, donde las decisiones se toman desde la cúpula sin participación
de la base, donde el poder del integrante es de cuerdo al puesto que ocupa y no
de sus cualidades personales, donde el puesto del integrante lo decide la
cúpula y no la base, y se asciende en la pirámide en razón de la afinidad con
los objetivos de la cúpula.
Por el contrario, las
organizaciones carismáticas se basan en la capacidad de conducción de los
individuos, se reconocen las cualidades de los compañeros y es la base quien
los lleva a los puestos de conducción. No hay dirigentes que se “atornillan” en
los sillones.
Los hubo y habrá,
aspirantes a “Jefes”, con ambiciones mezquinas y, como las perdices, con mucha
velocidad inicial pero poca capacidad de vuelo. Constantemente el enemigo
intentará “bombardearnos” con éstos “Jefes ‘caza-bobos’” y hasta les darán
recursos mediáticos en gran escala y todo tipo de facilidades. No nos preocupa.
La base popular, sabrá reconocer a los que construyen y a quienes no. Por otro
lado, al poner estos elementos, el Enemigo nos pone una especie de radiador de
camión en la ruta, donde se pegan los ‘bichos’ y los pícaros, y nos evitan el
tener que filtrarlos nosotros para funcionar mejor.
Las burocracias
seudo-populares, partidistas o sindicales, han fracasado, sus dirigentes se han
integrado al Sistema. No podemos superar la situación con “más de lo mismo”.
Debemos ver al Movimiento de Liberación como una Federación, una Comunidad
Nacional de Organizaciones que actúen articuladamente y, como lo hacían San
Martín – Güemes, con unidad Estratégica pero independencia táctica. La
comunicación nos permitirá lograrlo.
13. ¿Qué hacer?: Contraatacar y destruir al Enemigo. Aún
no empezamos a pelear.
Una cosa es estar derrotado y otra cosa es
estar vencido. Nuestros jefes han hecho muchas y grandes cagadas en la Historia
del último cuarto de siglo. Hemos hecho sacrificios y sufrido pérdidas
inútiles. No nos quedaremos acovachados en el pozo, con hambre y de frío,
esperando que el enemigo nos liquide uno por uno. Eso es lo que quieren los
ingleses y no les vamos a dar el gusto. Solo está vencido el que pierde las
ganas de pelear. Y eso lo perderemos el día que nos pongan la tapa del féretro.
Perón
que sacaba ejemplos de la Historia Clásica para salir adelante, haremos lo que
él nos enseñó. Estamos como Jenofonte cuando los persas invitaron a cenar a los
generales griegos y los mataron durante el banquete. Quedó un ejército griego
abandonado en el corazón del imperio persa, tan corrupto entonces como el
imperio británico de hoy. Eran 10.000 hombres sin jefes, sin sueldos, sin
comida, a miles de kilómetros de sus hogares, rodeados por un millón de
mercenarios del imperio persa que esperaban la mañana siguiente para terminar
de rematarlos a todos.
Jenofonte, la noche en
que todos estaban con desesperación, miedo, esperando el ataque, era un oficial
joven con grado equivalente a teniente o capitán a lo sumo. No esperó que nadie
le diera el mando o la conducción, los
tomó él y los salvó a todos porque sabía lo que se debía hacer.
Hay quienes dan arengas si el Estado les da hombres,
armas, suministros. Si no hay nada de eso, se lamentan en un rincón. No
confundamos guerrero con burócrata de uniforme. El guerrero, sin nada, busca
seguir luchando. Al Cdte. Burela, oficial de Güemes, sus hombres le
preguntaron:
-
“¿Con qué armas vamos a pelear?
-
Con las que les quietemos al
enemigo” respondió
Burela. ¡Y lo hicieron!
Jenofonte y Burela, no eran burócratas sino guerreros
que movilizaban para luchar, y no era cuestión de quedarse acovachados como
esperaba el enemigo, sino de actuar. A partir de ese momento, recuperado el
espíritu de lucha, haciendo lo contrario de lo que el enemigo espera, pudieron
convertir una derrota en victoria.
¿Qué aprendemos de esto? ¿Qué hubiera hecho Perón que
leyó a Jenofonte? ¿Qué hubiera hecho San Martín, un estudioso de Aníbal?
Recojamos sus experiencias y actuemos de acuerdo a ella:
13. a. Conducción. No se trata de preguntar ¿qué me va a pasar a mí?, sino ¿Qué debemos hacer? Estamos prácticamente
sin jefes. Muchos ya fueron “cenados”
por el enemigo o en sus casas
preocupados que no los “escrachen” los “derecho-humanistas”
profesionales.
Nadie da lo que no tiene. Nadie transmite coraje si
tiene miedo. Se necesitan convencidos de la causa que defienden. Un hombre
convencido de la causa que defiende, no debe vacilar, a la vista de todos y se hace
públicamente responsable de sus actos.
13. b. Apreciar la situación
con mente fría. Un conductor
no trata se salvarse él sino al conjunto de sus subalternos. El que trata de
salvarse individualmente no puede tenar la cabeza fría para actuar frente al
enemigo.
13. c. Apreciar al Enemigo en
su justa medida y capacidad.
El objetivo de la Guerra Sicológica Enemiga es hacernos creer que el Enemigo es
indestructible y nosotros somos más débiles de lo que somos en realidad.
Ya hace dos décadas que empezó una Guerra Psicológica
demoledora. Pero una Guerra de esta clase no
convierte al fuerte en débil sino que
al fuerte le hace creer que es débil.
Es algo muy distinto. Los que combatimos sabemos de la Fuerza y Debilidad
Propia, de la Fuerza y Debilidad Enemigo. Sabemos que no son superiores como dice su propaganda, que contaron con la
Tercera Flota del Mundo, eso se sabía, con las logísticas y las inteligencias
estratégicas de la primera
super-potencia del planeta, con el apoyo de toda la OTAN.
La principal ventaja del enemigo fue que nuestros
jefes no quisieron la guerra total contra
el liberalismo. Los liberales son incapaces de una guerra total Esta exige,
y para ello no es necesario ir a otros países sino ver en nuestra historia la guerra total de Güemes en Salta y de San
Martín en Mendoza. Los liberales son incapaces de una guerra total porque exige
que sus fortunas se pongan al servicio de la guerra, que cesen sus mezquinos
negocios.
13. d. Ver la intención
enemiga y no actuar de acuerdo a ella. Acá es donde aplicamos la Aproximación Indirecta. Saber cuál es la
intención enemiga para evitar choques frontales con desgaste de energías y
recursos.
13. e. Lucha Popular. Es una experiencia con raíces en las Invasiones
Inglesas y las Guerras Totales de San Martín, Güemes y Artigas. Hay una
“Argentina Oficial”, que muestran los Medios de Comunicación del Sistema, alias
“Prensa Libre”, “Figurones Solemnes” de “izquierda” y “derecha”, políticos con
“Afanes”, “Intelectuales Preocupados”, “Derecho-Humanistas” bien pagos y
desgarrados en sus “denuncias”, y “Periodistas Informados” (por la embajada de
EEUU).
Por otro lado lo que Scalabrini Ortiz el 17 de Octubre
llamó “el subsuelo de la Patria sublevado”,
los que sufren el modelo y no tienen voz
para hacerse oír. Con éstos hay que trabajar y crear los medios de
comunicación, la red de informaciones que se oponga al Sistema. Se deben crear
las herramientas políticas sin caer en la partidocracia. Los partidos políticos
suelen ser, incluso los de “izquierda”, suelen ser desmovilizadores. No se
puede ser conductor sin sentido de la Estrategia y no hay Estrategia Nacional
que no contemple la movilización popular.
13. f. No caer en trampas
ideológicas. El buen
conductor es realista. Primero evalúa la realidad y luego ve la forma de
mejorarla. La ideología vicia la percepción de la realidad. Son muy comunes los
ideólogos que tratan de justificar desesperadamente el porqué su ideología no
se ajusta a la realidad. Vemos, luego del derrumbe de la estructura financiera
de Diciembre-2001, como muchos salen con un discurso tipo “No se aplicó el suficiente liberalismo”. Su solución ante el fracaso
es pedir más de lo mismo.
El conductor conoce de Historia. No cae en la falsa
disyuntiva “izquierda-derecha” porque sabe que, tanto Adam Smith como Karl Marx
trabajaron y produjeron sus obras en Londres, que muchas veces fue el MI6 y sus
vinculados quienes impusieron a unos u otros.
13. g. No quedar aislado. Aprovechar la comunicación para intercambio de
información y de experiencias con “el enemigo de mi enemigo”.
13. h.
Evitar la Impaciencia contra-revolucionaria. Forjar una cultura revolucionaria tiene sus tiempos
y no se hace de un día para el otro. Llevó mucho tiempo educar a la gente
normal en ciertos valores de un país que ya no existe. Lleva el doble de tiempo
des-aprender pautas que ya no se aplican y adquirir pautas revolucionarias. Es
al enemigo a quien conviene que la impaciencia lleve a los “apresurados” al
campo de la violencia, y que esta, desvinculada de la masa popular es mero
terrorismo. Las vanguardias muy adelantadas se convierten en patrullas
perdidas.
No se utiliza la violencia
contra quienes integran el campo popular y se espera que se integren en un
movimiento de liberación. Una revolución no es meter una bala sino una idea en
la cabeza, no es matar uniformados-civiles, sino cambiar la conciencia del
pueblo. Al “revolucionario” que mata 50.000 uniformados y le quedan 36 millones
de argentinos sin conciencia de cual es la salida, le falla cualquier
“revolución”.
13. i. Desarrollar
Inteligencia Estratégica. Para
explicarlo mejor podemos dar un ejemplo comparativo entre la educación de un
chico argentino y otro inglés. Cuando al argentino le enseñan “O juremos con gloria morir”, al chico
inglés le enseñan el “Dios salve a la Reina”: “Oh gloriosa Reina / defiende nuestro reino / confunde a sus enemigos /
burla sus trampas”.
En cuatro renglones ¡le encomiendan tres misiones de
Inteligencia!: defensa del reino, hacer que los enemigos de los británicos
equivoquen sus objetivos, y no dejarse engañar por los enemigos de los
británicos. Los chicos británicos no son educados “para morir con gloria” sino
para sobrevivir gracias a la Inteligencia.
Y cuando hablamos de Inteligencia no debemos
limitarnos a ese concepto tan mezquino, y erróneo, que tenían las
organizaciones armadas de los ’60 y ’70. No iban más allá de sus objetivos terroristas
y se limitaban a buscar blancos de sus atentados; ni de los Servicios de
Inteligencia de esos años que redujeron sus objetivos al mero contra-terrorismo
y perdieron de vista al Enemigo Estratégico, lo cual nos costó la derrota de
Malvinas.
Una Inteligencia Estratégica conoce toda la realidad
económica, financiera, social, política, diplomática, tecnológica, etc., en que
se desarrollan la actividad y objetivos del enemigo, y saber que es lo que se
puede hacer para impedirlo, a corto, mediano y largo plazo. Luego, la
Estrategia elegida condiciona la Inteligencia Táctica.
13. j. Elegir el Terreno. “Mi
estrategia es llevar al enemigo al terreno donde no pueda luchar”M. Gandhi. En este caso, son varios los “terrenos” donde
el enemigo nos quiere llevar y lo debemos evitar con:
13. j. a. Sabiduría. Todo el Sistema
Informativo-Educativo del Imperio se basa en la Historia falsificada y en la
desinformación de la actualidad. Ambas mentiras se conjugan cuando el Imperio
“sugiere” a los Oprimidos sus Métodos de Liberación. Así y a menudo, mientras
Londres-New York alaban los modelos económicos de la derecha, sus socios de
París alaban los modelos de “Liberación” de la izquierda y, en el caso de
Londres, son muchos los grupos terroristas islámicos con refugio y recaudación
de fondos. La sabiduría consiste en des-oír los “cantos de sirena” y elaborar
el modelo propio y conforme a las variantes de Tiempo y Espacio.
13. j. b. Paciencia. “La
revolución no es el asalto a una fortaleza sino su asedio” Lenin – 1902- “¿Qué
hacer?”. El “asalto” se intentó acá
en los ‘60/’70, y como todo terrorismo, terminó en un desastre propio de la
“impaciencia contra-revolucionaria”. El camino de la revolución construir las
instituciones nacionales- revolucionarias de masas y luego lanzarse al asalto
cuando el enemigo no tiene recursos.
13.
j. c. Equilibrio. Es lo que Perón llamaba la prudencia entre
“apresurados” y “retardatarios”. No nos vamos a dejar usar para que algunos
mantengan sus mezquinos privilegios, pero tampoco para que otros nos embarquen
en aventuras suicidas. “Todo en su medida
y armoniosamente”.
13.
j. d. Oportunismo. Hay muchos que luego de sus grandes arengas
nacionales, terminan entregando las banderas “por un plato de lentejas”. El
“Enjambre” Nacional se vuelve
incontrolable para que alguno pueda “venderlo” en conjunto. Es oportunismo el
levantar banderas nacionales para luego convalidar el sistema presentándose a
elecciones que, no cambiarán nada y lo fortalecerá.
13. j. e. Sentido Revolucionario.
Es donde confluyen los puntos
anteriores. Lo que fracasó es la República liberal y colonial, el Estado Tributario.
Se necesita un nuevo tipo de República y a semejanza de la República
Bolivariana de Venezuela. Reemplazar el Juego Liberal de Tres Poderes de
funcionarios y jueces que se atornillan al sillón, por una república en un
Cuatro Poder, el de los Cabildos Abiertos o Poder Popular, con capacidad para
remover y juzgar funcionarios y jueces, presentar iniciativas de ley, convocar
a plebiscitos aprobativos, consultivos o revocativos, con capacidad de
auditoria sobre todos los otros poderes y transparencia en todos los niveles de
gobierno, legislación y justicia.
La República Liberal es fraudulenta como lo era cuando
surgieron Alem e Yrigoyen, pero el fraude es post-electoral. Primero se elige y
después el Sistema compra a los elegidos. De momento, mientras la masa popular
no esté en condiciones de saber que tipo de República se necesita, toda
presentación es aprovechada por el enemigo. Viendo la experiencia de Venezuela
solo es valida una presentación si se está en condiciones de convocar a una
Asamblea para cambiar la Constitución.
No hay que tener miedo a la Intransigencia y
Abstención. Alem e Yrigoyen estuvieron en ellas durante 23 años, Perón lo
estuvo durante 18.
13. j. k. Usar las
contradicciones del enemigo. Es una forma de Aproximación Indirecta mientras somos
los más débiles, como en las artes marciales de Oriente, luchar usando la
fuerza y el peso del enemigo. El enemigo tiene varias contradicciones: a nivel
global la contradicción entre su proyecto y el interés de los pueblos del
mundo; a nivel local las contradicciones entre su interés que debe eliminar
socios locales, y los socios locales que serán eliminados en un modelo que
marcha a la concentración de riquezas, la contradicción entre el discurso y la
promesa de la clase gobernante y la realidad que vive el pueblo; la
contradicción entre los estamentos que necesitan para gobernar por el momento y
la realidad de que ya no los necesitan en un mundo globalizado; la
contradicción entre la revolución tecnológica que cada día elimina fuentes de
trabajo y la cantidad creciente de desocupados que hay día a día, la
contradicción entre los grandes medios de comunicación ligados al sistema y los
medios pequeños y alternativos que sufren la realidad de los pequeños y
medianos empresarios y son escuchados porque reflejan mejor las realidades
diarias y locales, la contradicción entre los votantes que necesitan y la
realidad de que no pueden dar la cara porque los votantes los repudian; y
básicamente, el sistema necesita una “democracia
controlable” (Trilateral Commission), y tiene una realidad incontrolable.
La Contradicción es entre Discurso y Realidad. El
modelo está derrotado estratégicamente. La masa de gente sufriente no fue
educada en un pensamiento crítico ni en una visión estratégica. Nuestra etapa
de Difusión de Doctrina debe incluir la Educación Popular en ambas carencias.
13. j. l. Saber convertir la desventaja
en ventaja. Para un integrante del Sistema; político, banquero, periodista,
sindicalista; estamos llenos de desventajas, carecemos de dinero, el lubricante
de toda su acción, y de acceso a los grandes medios de comunicación, “artillería pesada de la propaganda y guerra
psicológica”. Pero se confían y equivocan si creen que nos ganarán en una
Estrategia sin Tiempo.
“Tenemos
la ventaja de armas pequeñas y la desventaja de carecer de artillería. Debemos
convertir la desventaja en ventaja, convertir nuestras unidades en grupos muy
ligeros y móviles de una Guerra de Guerrillas, para llevar al enemigo a un tipo de guerra donde el
enemigo no pueda emplear sus cañones y deba combatirnos en el tipo de guerra
que le impongamos”
Mao Tse Tung – Guerra de Guerrillas.
Tenemos las dos
armas más importantes: el cerebro y el corazón. El enemigo basó toda su estrategia
en el dinero, los medios y la recluta de mercenarios/cómplices que se mueven
por dinero, no por “corazón”. Y los mercenarios, como decía Maquiavelo, “son inútiles y peligrosos”.
Muchas veces hay quienes dicen: “no se puede hacer política sin dinero”. O es una excusa para no
hacer nada o encubre la intención liberal de vivir de la política. No iremos a
combatir en el del dinero. Porque no lo tenemos y estamos creciendo, construyendo un contra-poder y sin dinero. No
hay que confundir Fuerza con Estrategia. En 1939 Hitler tenía la Fuerza para
lograr sus objetivos, pero se equivocó
de Estrategia. En 1945 Mao no tenía
la Fuerza para lograr su objetivo, pero acertó
la Estrategia.
No perderemos ni
tiempo ni esfuerzo rogando por espacios en los medios del Sistema ni con
periodistas “estrella” que en una época cobraban – y mucho – por hacer una
entrevista, y hoy no saben que hacer para tener audiencia con un público
cansado de que lo engañen. Todo eso choca contra la Realidad y la gente se va
alejando de ellos, día a día se desacreditan y siguen el camino de la clase
política. Se consideran fabricantes de opinión y el sentir popular va
totalmente a contramano de sus propósitos. Día a día se acercan a nuestras
filas más patriotas con cerebro, los profesionales tienen cada día menos
trabajo, y se ponen a trabajar con corazón, lejos de cualquier inquietud
mercenaria.
13. j. m. Saber donde está
el Poder. Debemos dejar de lado la concepción romántica de la Toma de la
Bastilla o el asalto al Palacio del Zar. Eso es meramente simbólico. Antes de
hablar de esto, sea la toma de la Casa de Gobierno o el Ministerio de Defensa,
debemos preguntarnos: ¿Dónde está el
Poder Financiero? ¿Dónde está el Poder de los Medios de comunicación?
El poder actual, y
gracias a la Revolución de las Comunicaciones, está difuso. Aún un golpe como
el 11-Sep. A las Torres Gemelas, pese al daño que hizo, no impidió que cinco
días después tuviera a Wall Street trabajando. Lo importante de los sistemas
actuales son las memorias guardadas en discos rígidos, los cerebros de
repuesto, con continuos back-up y lejos del lugar de la acción.
Podemos tomar la City
de Londres, destruir todos sus edificios, y los back-up están, en primera
instancia, en los Dock de la orilla sur del Támesis, en los edificios Reuters.
Similar pasa con otras Bolsas europeas que almacenan a 15 Km. al sur de
Ámsterdam. Mañana, pueden mudarse todos los banqueros del mundo a Bahamas y,
desde allí seguir manejando al mundo en tiempo real, protegidos por la US Navy
y/o la Royal Navy. El Poder está en otra parte.
La toma del poder tiene dos fases: la primera
impide al enemigo ejercer el poder, se corta la línea de coerción con lo
oprimidos; la segunda fase comienza a ejercer el poder, al menos en un
territorio limitado, construyendo un Estado con ley propia, población y
capacidad de defensa del mismo. Se trata primero de impedir que el Enemigo
ejerza poder sobre el pueblo de un territorio determinado. El Poder se
construye.
13. Volver a la conducción nacional revolucionaria del Gral.
San Martín.
La democracia es un Estado en que un pueblo soberano,
guiado por leyes que de obra suya, actúa por sí mismo siempre que le es
posible, y por sus representantes cuando no puede actuar por sí mismo. Para
consolidar la democracia, para tener de una constitución para el pueblo, es
necesaria la lucha contra la dependencia. Debemos regir nuestra conducta según
las circunstancias en que se encuentre la República y su administración debe
ser el resultado del espíritu de gobierno revolucionario combinado con los
principios generales de la democracia.
¿Cuál es el principio fundamental del gobierno
democrático, nacional, popular, es decir, el resorte esencial que lo sostiene y
que lo hace moverse? Es la Honestidad. Es esa virtud que es Amor a la Patria y
sus leyes. La esencia de la República y la democracia es la igualdad, el amor a
la patria incluye necesariamente la igualdad. Este sentimiento antepone el Bien
Común a todo interés individual y egoísta. Patriotismo supone también tales
virtudes. El avaro, el ambicioso, el corrupto, no se sacrifican por la Patria.
La honestidad no sólo es el alma de la democracia,
sino que, además, solo puede existir con este tipo de gobierno. En la tiranía
un individuo es el dueño de la Patria, y no necesita honestidad. La de todos
los habitantes de sus estados, el tirano es el único usurpador de la patria.
La Patria es el país del que se es ciudadano y
partícipe de la soberanía. En los Estados oligárquicos, feudales, la palabra
“patria” solo tiene algún significado los que han acaparado su soberanía. Solo
en democracia es el Estado una verdadera
Patria de todos los individuos que la componen, y puede contar con tantos
defensores interesados en su causa como ciudadanos tenga.
El derecho a ser ciudadano se gana con la defensa de
estos principios. El general San Martín decretó para el pueblo del Perú, 4 de
Octubre de 1821, artículo 5ª:
“Se
pierde el derecho de ser ciudadano (…) por hacer un acto hostil a la causa de
la independencia de América, fórmula esta que no excluye los actos hostiles a
la independencia económica… Por recibir dádivas, emolumentos, comisiones… de
cualquier potencia extranjera sin anuencia del Gobierno del Perú” (Gaceta del
Gobierno de Lima Independiente, Ministerio de Educación, Universidad Nacional
de la Plata, Tomo I a III, Julio 1821 a Diciembre 1822, página 129)
Saquemos consecuencias de estos principios. El alma de
la República es la Honestidad, la igualdad, y si nuestro objetivo es fundar y
consolidar la República Nacional, la primera regla de conducta política debe
ser encaminar todas nuestras medidas al mantenimiento de la igualdad y al
desarrollo de la virtud, pues el primer cuidado debe ser el fortalecimiento del
principio de gobierno.
Así, todo lo que sirva para excitar el amor a la
patria, purificar la moral, elevar el espíritu, dirigir las pasiones hacia el
interés público, debe ser adoptado o establecido por nosotros; todo lo que
tiende a concentrarse en la abyección del yo personal, a despertar el gusto por
las pequeñas cosas y desprecio de las grandes, se debe eliminar o reprimir. En
el sistema de la Revolución de Mayo lo que es inmoral es impolítico, lo que es
corrupto es contrarrevolucionario. La debilidad, los vicios, los prejuicios son
un arma de la tiranía, de los cipayos, de los enemigos de la Patria.
14. Una Segunda Revolución de
Mayo.
Nuestros
próceres de 1810 se sacrificaron para romper con la España Feudal y
Absolutista. Mientras tanto Inglaterra acechaba en las sombras para
transformarnos en una colonia comercial y financiera de su Imperio. No
vacilaron en fomentar guerras civiles, muertes, fraude, golpes de Estado,
persecuciones, torturas, sabotaje económico financiero, terrorismo, y todo lo
que el Servicio Secreto británico consideró necesario para evitar nuestra
Independencia Económica y la Justicia Social. Y no vacilará tampoco en el
futuro. No nos avergonzamos de haber combatido contra el Imperio. Tenemos mucho
más apoyo de lo que creemos por parte de pueblos que pertenecieron o pertenecen
al Imperio británico, un 25% de la población del mundo.
Nuestra
desgracia en el pasado fue no haber visto con claridad como actuaba el Servicio
Secreto británico en Argentina. Ahora debemos hacer una Segunda Revolución de
Mayo. Esta revolución debe hacerse teniendo bien en claro qué clase de
República queremos. Las Bases de esta nueva República están en el Anexo.
Debemos
tener un nuevo concepto del Derecho. El derecho que atenta contra el Bien Común es injusto. “La Ley Injusta no debe ser obedecida” Santo
Tomás de Aquino.
Nuestro Objetivo es
Social, la Política es sólo un medio de mejorar la Comunidad. La Política que
sumerge al Pueblo en la pobreza es ilegítima. Una Política Social legítima debe
tener como fin sacar al Pueblo de la Pobreza. La lucha contra la pobreza debe
tener como objetivo dotar a cada ciudadano de Trabajo Digno y Remunerado con
Justicia, Techo Digno, Salud, Educación, Seguridad Social, Derecho a ser
escuchado, ponerlo a cubierto de la incertidumbre del Futuro y un Poder
Judicial al servicio del Pueblo. Los hombres deben vivir como ciudadanos, y un
hombre sin trabajo está que un Esclavo. Gran Bretaña construyó su Imperio con
la explotación, pobreza y muerte de millones de seres humanos. Mantener un
Sistema de Explotación Social es reconocer que nos han derrotado y que nuestra
lucha fue en vano. El Juramento a la Patria y su Bandera nos obliga a seguir
luchando contra el Imperio y sus socios locales.
Vcom. (R) VGM Horacio Ricciardelli
Anexo:
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