Hugo Abete es un ex militar carapintada. El artículo suyo que transcribo abajo pone de manifiesto la enorme confusión intelectual de ciertos "nacionalistas".
Abete cree que desde que Kirchner llegó a la presidencia "se da por alcanzado el objetivo de la revolución socialista o neo-marxista". Pero no debe considerarse a Kirchner el único impulsor de la revolución socialista. Otros impulsores habrían sido Alfonsín, Menem y De la Rúa.
¿No es un disparate tan monumental que pareciera que Abete está bromeando? Pero no. Lamentablemente, esto hombre habla en serio. Y por esa razón sus reflexiones "nacionalistas" son difundidas por un antinacionalista procesista como el periodista Acuña.
La prueba de que "la revolución socialista se está consolidando en Argentina" sería que asistimos "a la promoción oficial del divorcio, el aborto y el matrimonio homosexual". Es decir, mientras otros nacionalistas nos dicen que estar de acuerdo con el matrimonio homosexual significa estar de acuerdo con Soros y con Rockefeller, el nacionalista Abete nos dice que estar de acuerdo con el matrimonio homosexual significa estar de acuerdo con el marxismo y la revolución socialista. ¿En qué quedamos?
No menos disparatado que lo anterior es esta otra reflexión de Abete: "la democracia es la forma de gobierno ideal para llevar a cabo la revolución socialista". Si en vez de intoxicarse leyendo las estupideces de Genta o Sacheri, cuyo "nacionalismo" se reduce a un antiperonismo y un antisocialismo grato al paladar de los imperialistas, Abete se dispusiera a pensar un poco con su propia cabeza, advertiría que el capitalismo ha encontrado en los regímenes "democráticos" el mejor antídoto contra las revoluciones socialistas. Prueba de ello es que no existe ninguna revoución socialista que haya surgido a partir de un régimen "democrático" en funcionamiento. Abete, sin embargo, cita el caso del chavismo como si fuera una prueba en favor de su absurda tesis. Claro que le queda por demostrar, mada más y nada menos, que el chavismo es una "revoución socialista o neo-marxista".
No caben dudas de que si los militantes nacional-populares queremos enfrentar al demoliberalismo derechohumanista y cipayo, no sería con las herramientas conceptuales de tipos como Abete.
Abete cree que desde que Kirchner llegó a la presidencia "se da por alcanzado el objetivo de la revolución socialista o neo-marxista". Pero no debe considerarse a Kirchner el único impulsor de la revolución socialista. Otros impulsores habrían sido Alfonsín, Menem y De la Rúa.
¿No es un disparate tan monumental que pareciera que Abete está bromeando? Pero no. Lamentablemente, esto hombre habla en serio. Y por esa razón sus reflexiones "nacionalistas" son difundidas por un antinacionalista procesista como el periodista Acuña.
La prueba de que "la revolución socialista se está consolidando en Argentina" sería que asistimos "a la promoción oficial del divorcio, el aborto y el matrimonio homosexual". Es decir, mientras otros nacionalistas nos dicen que estar de acuerdo con el matrimonio homosexual significa estar de acuerdo con Soros y con Rockefeller, el nacionalista Abete nos dice que estar de acuerdo con el matrimonio homosexual significa estar de acuerdo con el marxismo y la revolución socialista. ¿En qué quedamos?
No menos disparatado que lo anterior es esta otra reflexión de Abete: "la democracia es la forma de gobierno ideal para llevar a cabo la revolución socialista". Si en vez de intoxicarse leyendo las estupideces de Genta o Sacheri, cuyo "nacionalismo" se reduce a un antiperonismo y un antisocialismo grato al paladar de los imperialistas, Abete se dispusiera a pensar un poco con su propia cabeza, advertiría que el capitalismo ha encontrado en los regímenes "democráticos" el mejor antídoto contra las revoluciones socialistas. Prueba de ello es que no existe ninguna revoución socialista que haya surgido a partir de un régimen "democrático" en funcionamiento. Abete, sin embargo, cita el caso del chavismo como si fuera una prueba en favor de su absurda tesis. Claro que le queda por demostrar, mada más y nada menos, que el chavismo es una "revoución socialista o neo-marxista".
No caben dudas de que si los militantes nacional-populares queremos enfrentar al demoliberalismo derechohumanista y cipayo, no sería con las herramientas conceptuales de tipos como Abete.
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